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20 diciembre 2021
Autor: Spiff
¿Y si cambiamos el look a Santa?

Santa Claus siempre me ha caído bien. Come galletas con leche, es gordito, mofletes rosados, barba larga blanca, y va dando regalos en un trineo que mueven unos renos. Mal no te puede caer. Pero el traje, no sé, no lo veo. Apenas lleva una especie de pijama de franela roja y blanca, insuficiente para recorrerse los cielos del mundo. Y aunque pocas veces soy de cambiar lo que ya está bien, y nunca pondría los cuernos a unos colores rojiblancos, me veía en la obligación de hacer algo al respecto, de darle a Santa Claus una nueva imagen. Un hombre que ha lidiado con la humanidad, con toda la humanidad, desde Hitler a Gandhi, se lo merecía. Santa y su traje han pasado demasiadas aventuras juntos, demasiados cachivaches, demasiadas heladas, demasiadas quemaduras de humos provenientes de chimeneas de familias que no respetan el trabajo de uno… Sus vidas no han sido precisamente un camino de rosas; vidas vividas, masticadas, desgastadas… Y por muy que aquí ondeemos la bandera de la prenda atemporal a diestro y siniestro (no hay más prenda atemporal que el traje del sr. Claus), los dos, traje y personaje, se merecen un descanso. Al 100% en el caso del primero, y al 50% en el caso del segundo. Y es que replicando ese slogan que tan bien le caía a Pirlo, No Santa No Party, de momento que sepamos, no hay nadie en el banquillo que le pueda remplazar. Esperemos que ese 50% materializado en cambio de vestuario sea lo suficientemente energizante como para llenarnos los vestíbulos de bonitos regalos.

No es nada personal, Santa, seguimos creyendo en ti, sobre todos en estos días. Días en los que la mirada se nos va al cielo buscándote durante las noches y hacemos cola para apoyarnos en tus rodillas y contarte nuestros secretos. Seguimos viendo tus películas, seguimos vistiéndonos de ti y gritando Ho Ho Ho a todo aquel que se nos acerca. No queremos cambiarte, bueno una pequeña parte de ti, sí, pero es insustancial, porque te queremos tal como eres, por mucho que te olvidaras de aquel Porsche de hace un par de años. No importa, esto es un regalo, una renovación de estilo, no esperamos nada a cambio, ni siquiera ese 912. Esperemos que te guste.

Camisa KIT de PETRITORINO

100% algodón. Hecha en Turín, Italia.

Siempre me han gustado las camisas tipo western. Los corchetes, la forma de los bolsillos, su fit estilizado. Una camisa western me transmite muchas cosas que amo. La buena música, por ejemplo. George Harrison presentando su primer single y número 1 de Billboard, “My Sweet Loard”, después del final de los Beatles. Discúlpenme, pero tengo que decirlo, hay que tener unos huevos enormes para lanzar un sencillo después del final de una de las mejores bandas de música de la historia (si no la mejor) y encima conseguir que sea un éxito. El caso es que Harrison, como casi todos los músicos de la generación de los 70, era muy de camisa western. Denim, sobre todo. Una lástima que no coincidiera en tiempo con Petritorino. Si lo hubiese hecho, probablemente elegiría su modelo Kit. Las camisas western me gustan, las camisas western en pana y con detalles vintage, me gustan más. Pero Petritorino no usa pana, usa terciopelo, ¡bang! Los chicos de Turín querían conservar todas las características de la camisa western original, pero otorgándole un toque de clase y provocación, de ahí la elección del terciopelo 100% algodón como material. Alain Delon tuvo mucho que ver en el diseño del patrón. Una foto del actor con una camisa de corte similar y vaquera fue la inspiradora.

Esta camisa, como todas las de Petritorino, está hecha a mano en Italia, Turín, con tejido proveniente de Biella. Hemos tenido el placer de probárnosla. Dejando a un lado los aires de playboy de los 70 que desprende, que son muchos y más en un servidor, sólo dejaré caer un sentimiento; imagínense acariciar a un Golder Retiever recién lavado, peinado y secado. Pues eso.

Abrigo SAINT GREGORY

Cashmere. Hecho en Nápoles, Italia.

Después de mi encuentro virtual con Ennio, me puse a observar con detenimiento todas sus prendas. Todas me dejaron la mandíbula desencajada, pero una me noqueó. Sentí como si Ali hubiese estado jugando conmigo mareándome con su juego de pies para después lanzarme uno de esos ganchos y dejarme planchado en el cuadrilátero. Joder, aquel abrigo era una maravilla. Cashmere, cuello chal, sin botones y con cinturón. Una especie de capa de Superman si Superman fuera Clark Gable y no Kent. Un smoking hecho abrigo. Una prenda más destinada a la gala que al trabajo, cierto es. Pero es que la Nochebuena es un día de gala, por mucho que nuestro prota le toque trabajar. Santa, qué guapo vas a estar con este abrigo.

BERING de LÓPEZ ARAGÓN

Keats. Hecho en España.

No es la primera vez que los de Talavera de la Reina asoman por estos lares. Sí, ya les adelantaba arriba, si una cosa va bien, no soy yo muy de cambiarla. Me atrevería a decir que López Aragón ofrece el mejor producto calidad / precio / estilo del territorio nacional, y eso, queridos amigos, es mucho decir. Había catado el modelo Liguria (hasta en dos ocasiones), pero siempre tuve ganas de un Bering, su modelo de dos pliegues (se dice pliegue, no pinza), y pensé que sería un buen corte para nuestro protagonista. Un corte que le estilizara, con un ancho de boca lo suficientemente amplio para conjugar bien con los siguientes protagonistas, unos Tassels de ante. Un tejido con cuerpo, resistente. Pensé en una pana gruesa en tonos claros, what else? Pero el Keats le iba mejor a nuestra camisa. Elección final, ¡Keats!

Me encanta visitar a Roberto a su taller de Talavera. Es como cuando los niños protagonistas de The Goonies se deslizaban por los toboganes para de repente encontrarse El barco pirata de Willy el tuerto. Sabían que a los chicos no se les permitió ver el barco hasta el día de rodaje de la escena. Su asombro en las escenas es auténtico. De hecho, tuvieron que repetirlas porque a alguno de los muchachos se le escapó algún taco. Yo fui uno de ellos cuando entré por primera vez en aquel taller. Cientos de prototipos que no habían visto la luz, todo tipo de tejidos, máquinas, mesas infinitas…

TRECCIA LAKUNA de MOIRA CREATIONS

Suela mixta piel y goma. Hecho en España.

Santa necesitaba oxigenar sus pies. Demasiado tiempo con esas pesadas botas no parecía saludable. Lo más normal hubiese sido calzarle unas nuevas, parecidas, sobre todo teniendo en cuenta las temperaturas que el hombre soporta, pero no olvidemos, Santa va a todos lados y en el hemisferio sur, ¡es verano!

Hablé entonces con mi amigo Jesús, de Moira Creations. Me parecía divertido calzar a Santa con sus Treccia Lakuna, unos tassels en serraje marrón, elegantes y versátiles, con una suela mixta de piel y goma, aportándole al zapato practicidad y comodidad. Le dije a Jesús que este era un pedido especial para un cliente especial, que incorporara en sus Treccia un sistema termorregulador para soportar fríos y calores a partes iguales. Una movida que Moira podría vender a la NASA algún día. Y lo hizo. No, no está en venta y nunca lo estará. Bueno, igual algún día aquí, en Spiff Magazine.

Cardigan DRAKE'S

Lambswool. Hecho en Escocia.

Para conservar el toque tradicional que en su día impuso la marca más famosa de refrescos -antes el sr. Claus era verde-, le hemos dado a Santa un par de cositas en color rojo. Un cárdigan en lambswool, hecho en Escocia y con cuello shawl de Drake’s, que es bastante espectacular, y unos calcetines y gorrito corto de Mes Chaussettes Rouges, para que nuestro prota se lo ponga por encima de las orejas -el gorro, los calcetines en los pies-, confirmando que ahora sí, es un moderno Santa Claus.

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